El arte de responder sí o no

Alexander Zanches Aprender es lo que deseo. Aprender a aprender, enseñar y a pedir, porque únicamente lo que en verdad deseamos debemos pedir. Porque para responder con un "sí" o un "no" hemos de saber que somos personas y no objetos al servicio del capricho de los caprichosos. Hemos de pedir con respeto, sin esperar un "sí" como respuesta inmediata. Y se ha de aprender a aceptar un "no" como respuesta única e inalterable a la solicitud que se hace. Saber decir sí o decir no es el resultado de un proceso de toma de conciencia en el que se analiza la corrección con que se busca, como resultado, la felicidad tanto del que solicita como de quien corresponde a la solicitud. Y quien pregunte ha de saber que no siempre obtendrá una respuesta positiva, ya que toda persona es digna y libre de buscar en toda relación una relación de equilibrio. Existen muchas formas de aprender... se aprende a pensar, a jugar, a responder, a todo... y es necesario porque eso es la vida, un permanente proceso de aprendizaje que no termina sino cuando morimos. El ajedrez, por ejemplo, es un juego que nos enseña a aprender cómo debemos conducirnos por la vida, la amistad o el matrimonio, porque significa el permanente proceso de vigilancia de la jugada próxima, que bien puede compararse con la acción o la palabra que hubiéramos de realizar o expresar. Es necesario aprender a decir "sí", porque una respuesta positiva significa la aceptación de algo que puede resultar una experiencia positiva o negativa. En caso tal, cuando hayamos puesto en la balanza de la razón el motivo sobre el que debemos decidir, somos nosotros mismos los responsables de nuestra propia felicidad o desdicha si no supimos mantener nuestro criterio y terminamos cediendo al capricho del amante, novio, esposo y, ¿porqué no?, de nuestras novias, esposas, amantes, hermanas, hijas o amigas y a veces... de nuestras madres. Se ha de pedir y responder con respeto por nosotros mismos, porque la base de toda relación justa es el respeto. Y es que cuando uno aprende a respetarse, respeta al prójimo por el prójimo en sí y no por lo que pueda sustraer de él, mediante la coacción o el chantaje. También yo conozco muchas Margaritas que sólo saben decir sí justamente cuando deben decir ¡NO!, un no rotundo y definitivo que les salve del posterior abismo, cuando se miran al espejo y comprenden cuán astuto y cuán débil es el ser humano cuando responde inadecuadamente... y conozco muchas otras Margaritas que son mis amigas a las que amo y respeto, que saben responder adecuadamente, porque han aprendido que el respeto es amor, aun cuando ofrezcan como respuesta un NO o un agradable SÍ... El poeta panameño Demetrio Herrera Sevillano legó a la humanidad un hermoso poema, donde trata con los panameños este asunto. Como un homenaje de hermandad entre mi pueblo y el pueblo mexicano, les obsequio el poema de Herrera Sevillano:

TU SIEMPRE DICES QUE SÍ Paisano mío, panameño: tú siempre respondes «sí». Pero no para luchar. Que no para protestar cuando te ultrajan a ti. Paisano mío, panameño: tú siempre respondes «sí». Si te dan un peso diario, «Sí, sí, sí.» Si te gobierna un tirano, «Sí, sí, sí.» Paisano mío, panameño: tú siempre respondes «sí». Aprende a decir «no», aprende a decirle «no» a lo que le dices «sí». Pero no, que dices «no» cuando necesitas «sí». Y al decir «sí» cuando «no» y «no» cuando debes «sí», resulta que tu «sí» es «no», lo mismo que tu «no» «sí». ¡Por favor! Que no se diga Que tú no tienes conciencia. ¡No, no, no! Ni que sólo dices «sí» aunque necesites «no». Ni que te gusta el ultraje. ¡No, no, no! Ni vagar en la miseria... Pero no, que dices «no» cuando necesitas «sí». Y al decir «sí» cuando «no» y «no» cuando debes «sí», resulta que tu «sí» es «no», lo mismo que tu «no» «sí». Tú siempre respondes «sí», paisano mío, panameño: tú siempre respondes «sí». Pero no para luchar. Y menos para ultrajar cuando te ultrajan a ti, paisano mío, panameño: tú siempre respondes «sí». Demetrio Herrera Sevillano

Panamá, 1902-1950.