Bajo la regadera

Carlos Morales “¿Cómo que se está acabando el agua? Yo abro la llave y sigue saliendo la misma cantidad que siempre; y cuando me baño, utilizo la misma cantidad a la que estoy acostumbrado. Bueno, debo aclarar que ya utilizo menos (a veces, si no me da frío le cierro a la llave cuando me enjabono), porque hay mucha gente que no tiene acceso a ella y pues no hay que abusar”. “Por supuesto, si se me hizo tarde o llevo prisa, pues tengo que utilizar la manguera para lavar el carro, porque en el trabajo ya me la tienen sentenciada si sigo acumulando retardos, y pues qué tanto es tantita agua más, al cabo ya me propuse acostumbrarme a usar la menos posible. Claro, sin sufrir tampoco... “Además, ultimadamente si nadie hace caso de cuidar el agua ¿por qué yo sí? ¿Por qué yo debo ser el único güey? Mientras unos hasta riegan la calle para mojar el polvo, yo aquí y mi familia cuidándola ¿no? Pues no, cuando yo vea que los demás realmente la cuidan, entonces yo también la voy a cuidar y obligaré a mi familia a que la cuide. “¿Que se va a acabar el agua? Méndigos mentirosos, se me hace que algo muy sucio hay detrás de todas esas noticias amarillistas que dicen en el radio y también en la tele. ¿No será que los ricos quieren agandallarse más agua? Se me hace que los que tienen el billete le están dando su mochada a las autoridades para que nos convenzan de utilizar poca agua, y que ellos la sigan realmente desperdiciando que da gusto. Cómo se va a acabar el agua con tanta que hay en el mar, con tanta que llovió el año pasado. ¿Y no dicen que va a llover más con eso del cambio climático? “¡Pero qué tanto estoy alucinando, sencillamente a mi no me ven la cara de güey! Mejor que la paguen más cara los que de verdad tienen lana y gastan más agua y que nos dejen tranquilos a nosotros que gastamos repoquita y ni nos alcanza el dinero para pagarla. Y si de todos modos se va a acabar, pues... Mejor que las autoridades cumplan con su trabajo y nos resuelvan lo del agua. Para eso están ¿no? Para eso les pagamos... “Seguro que los políticos y los ricos son los culpables de que se esté acabando el agua -si es que se está acabando-, y nos quieren cargar el muerto a nosotros. Yo la verdad tengo mucho trabajo y ando a las carreras como para estar checando si gasto mucha o poca. Ni modo que no nos bañemos, o que no lave mi carro, o que dejemos secar el pasto, o que no se trapee la casa ni se laven los trastes, o que no tomemos. Ya bastante hacemos yo y mi familia con tomar refresco en vez de agua. “¡Oye mi amor, le cierro o ya te vas a meter? ¡Bueno, mejor te la dejo así, templadita, ya ves que con esta regadera tiras mucha templándola tú! ¡Pero ya pícale, para que no se desperdicie! Y porfa, procura cerrarle cuando te enjabones, no vaya a ser que digan que nosotros no la cuidamos, ¡ya ves cómo es la gente!”