Antonio Gershenson /Extracto de su artículo publicado en La Jornada
Se han anunciado resultados de una encuesta sobre el estado de la salud y de la nutrición en México en 2006. Entre los muchos aspectos cubiertos en ella, vamos a referirnos al sobrepeso y la obesidad, dos problemas que se agravan y que, como se dice en el texto de la encuesta, son "factores de riesgo importantes para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo las cardiovasculares, diabetes y cáncer".
Estos problemas de sobrepeso y obesidad "afectan a cerca de 70 por ciento de la población... entre los 30 y los 60 años". El conjunto de mujeres de 20 a 49 años tuvo un aumento de esos problemas en un 77 por ciento entre 1988 y 1999, y un aumento adicional de 13.6 por ciento de 1999 a 2006.
En cuanto a los niños de 5 a 11 años, el sobrepeso y la obesidad se elevaron, entre 1999 y 2006, en un 40 por ciento. En relación con los adolescentes (12 a 19 años), uno de cada tres padece esos problemas. Además, el aumento en el grado de estos males en estas últimas edades, fue de 14 por ciento.
Esto nos lleva a una polémica, no sólo en palabras sino en hechos ya adoptados: la que se da en torno a la prohibición de la venta de "alimentos chatarra", incluyendo las bebidas, en las escuelas. La medida se ha adoptado ya en varios lugares, dentro y fuera de nuestro país. Y una de las explicaciones principales del aumento del sobrepeso y la obesidad en México, es precisamente la proliferación de la comida chatarra.
Los alimentos incluidos en este tipo de comida, elaborados a base de harinas o similares, o que contienen como cubierta estos productos, se fríen u hornean a muy alta temperatura. Este proceso genera grasas saturadas, con alto contenido de colesterol y de difícil digestión. Esto a su vez implica acumulación de grasas en el cuerpo y de colesterol en la sangre, lo cual puede llegar a ser mortal.
Las bebidas, como los refrescos (especialmente con sabor de cola), contienen cantidades importantes de azúcares. En su elaboración utilizan el azúcar para contrarrestar el sabor agrio de los ácidos que suelen contener y, en ocasiones, en combinación con sustancias que forman hábito.
Al consumo de alimentos y bebidas chatarra se suma la ausencia o insuficiencia en la alimentación de verduras y frutas, necesarias para varias funciones del cuerpo y para una nutrición más completa y mucho menos generadora de grasas que se acumularían en el cuerpo.
La encuesta, que en realidad es un toque de alarma, debe ser tomada muy en cuenta, para la defensa de la salud de los ciudadanos y sus familiares.
Por cierto, cabe recordar que varias de las empresas que elaboran y venden estos productos chatarra, han sido puestas en "listas negras" por el papel que jugaron en apoyo a la guerra sucia que practicó principalmente la derecha durante el pasado proceso electoral.
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